La dieta BARF
En lo relacionado con la alimentación canina podemos encontrar dietas muy diferentes, desde la alimentación a base de pienso seco hasta dietas que se basan en alimentos sin cocinar como es la conocida dieta BARF.
Irene Martínez
Veterinaria¿Por qué dieta BARF?
Es muy probable que hayas oído hablar de la famosa dieta BARF, este tipo de alimentación, tanto canina como felina, se basa principalmente en los orígenes del perro como carnívoro, es decir, su antepasado el lobo se alimentaba de carne y huesos de sus presas y esta es la alimentación que debe seguir.
La dieta BARF, consiste entonces, en alimentar al perro con alimentos crudos biológicamente adecuados para ellos a base de proteína de origen animal cruda y huesos carnosos y cierto porcentaje de verduras y frutas, además de vísceras.
Este tipo de dieta resulta mucho más palatable para el perro y es una muy buena opción para perros que no comen otro tipo de alimentos o alérgicos a ácaros del pienso por ejemplo o a algunos ingredientes en concreto. Además de la palatabilidad, la dieta BARF tiene un alto porcentaje de humedad, por lo que el animal estará mejor hidratado, ayudando también a la mejorar la digestión y reducir la cantidad de heces.
Otro de los pros de la dieta BARF es que, al favorecer la masticación mediante el uso de huesos carnosos y otros crudos, los dientes se mantienen limpios durante más tiempo, reduciendo también el riesgo de obesidad ya que el consumo de carbohidratos es muy bajo. En perros de raza pequeña es importante mantener la dentadura limpia ya que tienen más tendencia a acumular sarro.
Sin embargo, no es un tipo de alimentación que deba darse de buenas a primeras, es necesario acudir a un profesional en este tipo de dietas que nos diseñe la ración y explique las cantidades correctas de cada ingrediente e informarnos de cómo preparar correctamente la comida.
Además, los perros acostumbrados a otro tipo de alimentación, como el pienso, necesitan de un período de adaptación a esta dieta.
El riesgo infeccioso de la dieta BARF
La dieta BARF no tiene solo aspectos positivos, como hemos comentado, un perro necesita un mayor tiempo de adaptación a este tipo de alimento y la transición de pienso a alimentación cruda debe ser paulatina y lenta, por lo contrario pueden aparecer problemas digestivos graves.
El riesgo de no alimentar correctamente a nuestra mascota es superior, ya que debemos conocer bien la proporción de cada nutriente y en qué alimentos podemos encontrarlo, así como la cantidad que debemos ofrecerle de cada uno pero, además, al ser un alimento no cocinado el riesgo de provocar una intoxicación alimentaria es también mayor.
Los riesgos infecciosos principales son causados por una deficiente higiene a la hora de manipular los alimento crudos, sobre todo la carne, por eso es muy importante congelar la carne durante unos días, tener precaución e higiene a la hora de descongelar la carne y lavarse bien las manos en todo momento.
También es importante optar por alimentos de calidad con las correctas garantías sanitarias para minimizar la presencia de parásitos y microorganismos.
Elegir un buen pienso, personalizado y adecuado para cada animal ayuda a que nuestros peludos estén más sanos.
Irene Martinez
Médica Veterinaria