¿Los perros pueden comer huesos de cordero?
La imagen de un perro comiendo un hueso es muy típica, pero realmente los huesos pueden no ser tan recomendables para nuestros peludos, te explicamos por qué.
Irene Martínez
VeterinariaLos perros pueden comer huesos de cordero y casi de cualquier animal, pero con estos y con los de pollo hay que tener un especial cuidado. Si deseas incluir este alimento en la dieta de tu can, debes tener en cuenta algunas cosas, no te pierdas este artículo.
¿Los perros pueden comer huesos de cordero?
Los perros pueden comer huesos sin problema, su sistema digestivo está adaptado para comer carne cruda pero también huesos. Por supuesto, estos huesos deben ofrecerse siempre CRUDOS, lo que puede entrañar un peligro y su conservación no ha sido la correcta. El uso de huesos sin cocinar es muy frecuente en la dieta BARF.
En concreto, los huesos de cordero, conejo y pollo son los más peligrosos para los perros si se ofrecen cocinados. Estos huesos son de menor tamaño y se astillan fácilmente. El perro puede tragarlo y provocarle daños graves que os describimos a continuación.
Peligros de darle huesos a los perros
Si no estamos seguros de si nuestro perro va a comer bien y tolerar los huesos, lo mejor es no dárselos. Tampoco es recomendable dar los huesos cocinados pero ofrecerlos crudos si no se han conservado correctamente, es igualmente peligroso para su salud.
Los huesos pueden provocar en nuestros perros diferentes problemas:
- Obstrucción: hay perros muy ansiosos por la comida que pueden tragar trozos grandes de hueso. Eso puede provocar una obstrucción intestinal, pero también en vías respiratorias y causar asfixia.
- Estreñimiento: si nuestro perro ingiere gran cantidad de huesos es muy probable que sufra estreñimiento. Las heces tienen fragmentos de huesos, son muy secas y el animal tiene dificultad para expulsarlas.
- Diarrea: el consumo de huesos, cocinados sobre todo, les provoca mucha sed. Este exceso de agua y la difícil digestión de los huesos puede provocar diarrea.
- Úlcera gástrica: los huesos cocinados se astillan fácilmente, sobre todo los de pollo y cordero. Estas astillas son como pequeñas cuchillas que dañan la mucosa intestinal.
- Perforación gastrointestinal: en casos de úlceras más graves puede llegar a perforarse la mucosa. Esta perforación es un riesgo grave para la salud.
- Intoxicación alimentaria: si el hueso está el mal estado o no se conservó bien, puede haber síntomas de intoxicación alimentaria: vómitos y diarrea principalmente.
- Rotura de dientes: debemos dar huesos adecuados a la mandíbula de nuestro perro, de lo contrario podrían partirse algún diente.
- Pancreatitis: puede suceder en perros que no están adaptados a comer huesos.
Beneficios de los huesos para los perros
Los perros también pueden obtener beneficios del consumo de huesos, pero hay que darlos de una forma correcta para evitar peligros.
Los beneficios de dar huesos a los perros son:
- Limpieza dental: roer y masticar va a conseguir eliminar la placa dental y dejar unos dientes blancos y perfectos. Por supuesto, debemos elegir huesos adaptados a la mandíbula de nuestro peludo para evitar daños dentales.
- Fuente de calcio: los huesos son muy ricos en calcio.
- Reduce el estrés: la masticación es un desestresante para los perros.
- Otros nutrientes: minerales sobre todo.
Cómo darle un hueso a mi perro correctamente
Si queremos dar huesos a nuestro perro debemos de hacerlo de forma correcta.
- Siempre crudos: evitar huesos cocinados o huesos de jamón curado (excesiva sal).
- Período de adaptación: es importante comenzar poco a poco. Los perros con una dieta únicamente de pienso pueden tener más dificultades para asimilar los huesos.
- Darlo con estómago lleno: así no tendrá tanta ansia por comerlo.
- Ayúdalo: al principio pueden necesitar un poco de ayuda. Sujeta el hueso mientras lo mastica.
- Congelar el hueso: es necesario congelar estos huesos unos días para eliminar bacterias o parásitos.
- Tamaño adecuado: elegiremos un hueso adecuado a la boca de nuestro peludo.
- Huesos carnosos: si no solo queremos un entretenimiento, si no que alimente, debemos elegir este tipo de huesos (cuellos de ave, carcasa de pollo, etc).
- Huesos recreativos: son huesos grandes para que se limpien dientes y estén entretenidos. Vigilar y retirar a los 15 minutos o cuando quede poco. Estos huesos son: rodilla y cadera de ternera, fémur de ternera o cerdo, etc.
- Cuidado si hay alguna enfermedad de base: si hay enfermedades digestivas, pancreáticas o renales es mejor no dar huesos, ya que el animal podría empeorar.
Recomendación Veterinaria
Los perros son carnívoros y están adaptados a comer carne y huesos como sus antepasados los lobos. Sin embargo, años de evolución y domesticación han hecho que su estómago sea un poco más sensible.
Si tu perro no está acostumbrado a comer huesos y solo come su pienso, es totalmente necesario un período de adaptación. Por supuesto, siempre debemos ofrecer estos huesos crudos y limpios y vigilar el proceso, por si hay algún problema.
Los huesos recreativos, sobre todo, son una opción estupenda para el cuidado dental. Siempre debemos evitar que traguen trozos demasiado grande y que la cantidad de hueso que coma sea poca, para evitar estreñimiento.
Irene Martínez
Médica Veterinaria