¿Por qué mi perro come pero no engorda?
Algunas razas tienen una constitución muy delgada, como podencos y galgos, por lo que es muy raro que los veamos con kilos de más pero, si tu perro no está dentro de esas razas y por más que come está excesivamente delgado, puede que tenga algún problema de salud que impida que esté en su peso ideal.
Irene Martínez
Veterinaria
¿Por qué mi perro come y no coge peso?
Si nuestro perro come su ración diaria o incluso más pero está más delgado de lo que debería para su raza, es muy posible que tenga algún problema de salud que impida ganar peso, pero también puede ser debido a que la alimentación no es la adecuada. Los motivos más frecuentes son:
Alimentación inadecuada
Puede que el alimento o la cantidad que demos no sea la adecuada para el, ya que gasta más energía que la que consume. Si nuestro perro realiza ejercicio intenso y le resulta difícil ganar peso, lo mejor es optar por un alimento de alta energía que cubra sus necesidades, sin necesidad de darle grandes cantidades de pienso. Un pienso de calidad adecuado para sus características debe cubrir sus necesidades energéticas. También es importante ver la cantidad de pienso recomendada por el fabricante, para no dar menor cantidad de la que necesita.
Parásitos intestinales
Las infestaciones por parásitos intestinales hacen que no se absorban bien los nutrientes en el digestivo, lo que hace que empeore la condición física de nuestro perro con el tiempo, incluso que sufra anemia en casos más graves.
Problemas digestivos
Problemas digestivos como gastritis crónicas, alergias o intolerancias alimentarias o problemas crónicos como la inflamación intestinal, hacen que se pierdan grandes cantidades de nutrientes porque el intestino no los llega a absorber. Por esta razón el animal está excesivamente delgado. Esta falta de absorción de nutrientes puede desembocar en delgadez pero también en otro problemas de salud.
Enfermedad sistémica
Hay muchas enfermedades que afectan a diferentes órganos y que pueden cursar con adelgazamiento aunque el animal tenga buen apetito. Por ejemplo la insuficiencia pancreática exocrina, la diabetes, insuficiencia renal o hepática, insuficiencia cardíaca, parasitosis hemáticas como la filaria o leishmania, tumores…
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Si este es el caso de vuestro perro, recomendamos acudir a consulta para descartar cualquiera de las causas que os hemos comentado.
Irene Martinez
Médica Veterinaria