Uveítis en perros: causas y tratamientos
Los ojos son un órgano muy sensible y, ante cualquier alteración que veamos en nuestros canes, es recomendable acudir a consulta. Hoy os hablamos de una enfermedad grave que puede sufrir nuestro perro y que afecta a la visión: la uveítis.
Irene Martínez
Veterinaria¿Qué es la uveítis?
La úvea es la parte vascular de ojo y se encuentra en la capa media de éste, es decir, es donde se encuentra la vascularización del globo ocular. Cuando las estructuras que forman la úvea se inflaman se conoce con el nombre de uveítis. Puede afectar solo a un ojo, pero también a los dos.
Cuando existe esta inflamación podemos observar en nuestro perro:
- Cierre del ojo (blefarospasmo) causado por el dolor.
- Lagrimeo excesivo.
- Intolerancia a la luz.
- Edema de cornea (ojo azul o grisáceo).
- Hemorragia en el interior del ojo (hifema).
¿Qué es lo que la provoca?
Las causas que provocan la inflamación de la úvea se pueden dividir en 2 grupos: las que tienen origen en el ojo (intraoculares) o las que no se originan en el propio ojo (extraoculares).
- Intraoculares: enfermedades que pueden provocar inflamación en esa zona pueden desencadenar uveítis, por ejemplo cuando hay cataratas avanzadas. También enfermedades infecciosas que afectan directamente al ojo, como diferentes bacterias, virus y, la más habitual, la leishmaniosis. Otras causas intraoculares son neoplasias o enfermedades inmunomediadas (razas nórdicas).
- Extraoculares: puede aparecer uveítis en el ojo debido a enfermedades sistémicas como las endocrinas, piometra, determinados fármacos o por un traumatismo.
¿Cómo se trata?
Una vez se confirme la lesión ocular y se determine cuál es la causa, se pondrá el tratamiento indicado, entre el que se encuentra el tratamiento local para reducir esta inflamación y hemorragia.
El tratamiento temprano es muy importante para evitar problemas más graves, como la pérdida irreversible de la visión, dolor, cataratas o glaucoma.
De forma general, el tratamiento será a base de antiinflamatorios locales y sistémicos, fármacos que inhiban el dolor local, antibióticos si hay infección o úlceras en córnea y fármacos específicos que traten la causa primaria (inmunosupresores, etc).
Irene Martinez
Médica Veterinaria